Desde el primer contacto con quienes cuidamos y sus familias, fomentamos una comunicación abierta y honesta. Este enfoque colaborativo no solo reduce el estrés y la ansiedad, sino que también crea un ambiente de confianza y respeto. Al involucrar a las personas y sus familias en el proceso de toma de decisiones, fomentamos un sentido de empoderamiento que se traduce en una mayor adherencia a los tratamientos y un involucramiento activo en el plan de cuidado​​.

Los beneficios de la Atención Centrada en la Persona y en la Familia son numerosos. Al conocer a quienes cuidamos más allá de sus diagnósticos, podemos adaptar los tratamientos a sus necesidades específicas. Este enfoque no solo mejora la satisfacción de la persona, sino que también se traduce en mejores resultados de salud. Al proporcionar un entorno de apoyo integral, ayudamos a reducir el estrés emocional tanto de la persona como de la familia. Este enfoque holístico aborda no solo las necesidades médicas, sino también las emocionales, psicológicas y sociales​​​​.

La familia juega un papel crucial en el proceso de cuidado. No solo proporcionan apoyo emocional y físico, sino que también son esenciales en la toma de decisiones y en la adherencia a los tratamientos. Al integrar a la familia en el proceso de cuidado, creamos un entorno de apoyo integral que beneficia tanto a la persona como a sus seres queridos. Este enfoque asegura que las decisiones de cuidado reflejen los valores y deseos de la persona, lo que resulta en una atención más personalizada y efectiva​​.